Ya sea por la incertidumbre económica o simplemente por el deseo de explorar nuevas oportunidades, muchas personas se encuentran en un momento de transición. ¡Por eso es importante comprender sus derechos en caso de despido!

Al fin y al cabo, ante este escenario, surgen varias dudas respecto de los derechos laborales que protegen a los trabajadores.

Desvelemos las leyes que rigen los despidos y comprendamos cuáles son tus derechos en este momento para no quedar desamparado. Después de todo, siempre es bueno saber qué tenemos a nuestro favor, ¿no es así?

En primer lugar, es importante resaltar que las leyes laborales son la brújula que nos guía a la hora de despedir, asegurando que no estemos perdidos y sepamos cuáles son nuestros derechos.

En otras palabras, son un conjunto de normas que regulan las relaciones entre empleados y empleadores. Y en lo que respecta al despido, no podía dejarnos colgados.

Si está pensando en dimitir, hay algunos derechos que debe conocer. Por ejemplo, aviso previo. Es el tiempo que la empresa tiene que darte para que te prepares para partir. Así, tanto usted como el empleador tienen un plazo para organizarse.

De todos modos, la legislación laboral está ahí para garantizar que no terminemos perdidos cuando se produce un despido. Cada situación tiene sus particularidades, pero es importante conocer los derechos laborales.

Cuando se habla de despido, es importante entender la diferencia entre dimitir y ser despedido. Renunciar significa que el trabajador toma la iniciativa de poner fin al contrato de trabajo, mientras que ser despedido significa que la iniciativa proviene del empleador.

En relación a los derechos laborales, la diferencia es que en caso de renuncia, el trabajador no tiene derecho a aviso previo y no puede retirar el FGTS (Fondo de Garantía de Tiempo de Servicio), salvo que exista acuerdo entre las partes. 

En caso de despido improcedente, el trabajador tiene derecho al aviso previo, a la multa del FGTS y al seguro de desempleo, si cumple con los requisitos para recibirlo.

Sin embargo, en caso de despido por justa causa, el trabajador pierde algunos derechos, como la multa del FGTS y el derecho al seguro de desempleo. 

Por ello, es fundamental entender las diferencias y saber cuáles son los derechos laborales en cada caso.

Cuando ocurre un despido, es súper importante saber qué derechos tiene el trabajador. Después de todo, nadie quiere irse con las manos vacías después de dedicar tiempo y esfuerzo a un trabajo, ¿verdad?

Si el despido se produce sin justa causa, es decir, cuando el empleador decide despedir al trabajador sin que haya cometido una falta grave por su parte, el trabajador tiene derecho a algunos beneficios. 

Además, tenemos una multa de 40% al FGTS, que es un fondo donde el empleador debe depositar todos los meses en una cuenta vinculada al trabajador. 

Al ser despedido sin justa causa deberá pagar una multa correspondiente al 40% del saldo depositado en esta cuenta. Entonces, es un dinero extra que recibe el trabajador para ayudar con esta transición.

Ahora bien, si el despido se produce por causa justificada, los derechos son un poco diferentes. Cuando un trabajador cometa una infracción grave, como hurto, agresión o abandono del empleo, el empleador podrá despedirlo por justa causa. 

En estos casos, el trabajador pierde algunos derechos, como la multa 40% del FGTS y el aviso previo. Sin embargo, todavía tiene derecho al saldo del salario y a las vacaciones proporcionales, si las hubiere.

Es importante recordar que, tanto en el despido improcedente como en el despido con justa causa, el trabajador tiene derecho a retirar el FGTS acumulado durante el período de trabajo. 

Entonces, cuando el trabajador es despedido sin justa causa, tiene derecho al saldo del salario, vacaciones proporcionales, decimotercer salario proporcional, multa del 40% en el FGTS y retiro del FGTS. 

En caso de despido por justa causa, sólo tiene derecho al saldo del salario y vacaciones proporcionales, en su caso.

El aviso previo es un plazo de tiempo que debe ser observado tanto por el trabajador como por el empleador cuando se produce un despido y forma parte de los derechos laborales.

Sirve para garantizar una transición más fluida y la oportunidad de prepararse para la partida.

Cuando el trabajador decide dimitir debe comunicarlo previamente a la empresa. El plazo de preaviso puede variar según la antigüedad en la empresa. 

Normalmente son 30 días, pero en algunos casos puede ser más, dependiendo de lo que estipule la legislación laboral o el contrato de trabajo.

Cuando es el empleador quien decide despedir al trabajador sin justa causa, también deberá notificarlo previamente. Si el trabajador ha trabajado en la empresa hasta por un año, el plazo de preaviso será de 30 días. 

Pero, si tiene más de un año de servicio, por cada año cumplido se le añaden tres días más al plazo de preaviso, hasta un límite de 90 días.

Ahora bien, quizás se esté preguntando: “¿Qué pasa si el trabajador o el empleador no quiere cumplir el plazo de preaviso?” Pues bien, en estos casos existe la opción de pagar el importe relativo al aviso previo en lugar de cumplir con el mismo. Es decir, el preaviso indemnizado.

Es importante recordar que durante el plazo de preaviso, tanto el trabajador como el empresario continúan con sus derechos y deberes con normalidad, incluso aunque se haya acordado el despido. Es una oportunidad para organizar la transición y ultimar cuestiones pendientes.

Así, el aviso previo es una medida que pretende dar una salida más planificada tanto para quienes dimiten como para quienes son despedidos. Les da a ambas partes tiempo para adaptarse antes de tomar caminos separados.